El presidente de Extremadura, Sr. Monago, anunció el
domingo 7 de septiembre que su Gobierno dará una ayuda permanente de 300 euros
anuales a todas las mujeres extremeñas que vivieron la guerra y la posguerra, es
decir, a 35.000 mujeres que a día de hoy se calculan con 75 años o más, con independencia de su renta (¿aunque
coticen en el Ibex?). Monago hizo el anuncio durante su discurso de celebración
del Día de Extremadura: “Ellas fueron una generación de mujeres que nacieron,
crecieron y superaron la guerra y la posguerra. Una época en la que todas las
puertas para las mujeres estaban por abrir, sobre todo en una Extremadura rural
en la que no se reconocía su trabajo”, dijo en el teatro de Mérida, uno de los
foros públicos en los que los antiguos romanos gustaban de agasajar al pueblo.
Intuyo las razones por las que el presidente Monago se
ha fijado ahora precisamente en este colectivo de mujeres para concederles esta
renta, la que aplaudo, y me pregunto por qué no esta misma ayuda o
similar a los hombres de la misma edad y condición, a los dependientes olvidados, a los solicitantes
de la Renta Básica sin respuesta, a los
desahuciados de sus hogares sin protección,
a los mayores perjudicados por
el copago sanitario no devuelto, por el canon del negocio del agua y por el
incremento del tarifazo eléctrico, a los estudiantes sin libros, transporte y
becas, a las víctimas de violencia de género desatendidas, a los jóvenes y desempleados sin esperanza
laboral…..
Pensando en el tema, observo que las estadísticas reflejan en las últimas
décadas que la población mayor de 65 años ha crecido considerablemente, debido
al incremento de la esperanza de vida. Este fenómeno es previsible que continúe
en los próximos años (ya veremos con tanto recorte), en los que la población
mayor seguirá incrementándose de manera notable, a la vez que disminuirá la
proporción de personas en edades jóvenes. Además, se está produciendo el
denominado “envejecimiento del envejecimiento” o sobreenvejecimiento
demográfico, aumento de la población mayor de 85 años.
La población mayor de 65 años asciende en nuestra
región a 198.000 personas (varones el 15,33% y mujeres el 20,55%), lo cual
supone el 18% de la población total extremeña.
Y dentro de este grupo, los mayores de 85 años suponen
el 13,22% (varones el 10,19% y mujeres el 15,45%), cifras en las que podemos
encontrar las razones del sr. Monago para establecer las ayudas objeto de anuncio.
Este fenómeno es digno de tener en cuenta, pues es
necesario apostar por los servicios de
atención al creciente colectivo de mayores
“por razones de justicia, dignidad y memoria histórica” al igual que la
renta de 300 euros prometida por el presidente (aunque de la memoria histórica
parece haberse olvidado en el resto de los casos), pues ya merecen ser cuidados
en lugar de cuidar y esta apuesta puede constituir una importante fuente de
empleos (yacimiento se decía hace unos años) en nuestros pueblos y ciudades si
se prioriza la permanencia y autonomía de la persona mayor en su entorno
habitual el mayor tiempo posible y optamos por políticas de envejecimiento
activo y saludable.
Hoy en día los mayores pasan a residir, por decisión
propia o de las familias, en residencias u hogares compartidos, habiendo en los
centros públicos interminables listas de espera mientras que hay innumerables
instalaciones no terminadas o cerradas dispersas por toda Extremadura, y que
podrían ser puestas en funcionamiento sin gran esfuerzo o inversión.
Proyectos como teleasistencia domiciliaria o móvil,
localizador de personas con deterioro cognitivo, transporte adaptado, centros
de estancias diurnas, ayuda complementaria
a domicilio, apoyo a cuidadores, cuidado y atención doméstica, visitas
hospitalarias… pueden satisfacer el doble objetivo de atención a los mayores y
de creación de numerosos puestos de trabajo fijo, temporal o parcial, sobretodo
poniendo en valor nuestras ventajas comparativas medioambientales, humanitarias
y laborales.
http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/opinion/renta-300-anuales-vitalicios_828583.html