Para algunos empresarios, el
polígono de Capellanías está “al 25 x 25”, al 25 por ciento de actividad, muchas empresas cerradas y letreros de Se
Vende, y si se ven forzados a poner en venta sus infraestructuras para obtener
liquidez, el valor de realización no supera el 25 por ciento del valor de
mercado de hace 10-15 años. Y es que el crédito no llega a las empresas desde
las instituciones financieras (nunca los bancos merecieron tanto ese apelativo),
que colocan en deuda pública los fondos obtenidos gratis o a bajo interés a
través de los rescates estatales y del
banco central europeo, buscando el menor riesgo y el mayor lucro
especulativo (no vendría mal reeditar la Taula de Canvis, que Jaime I el
Conquistador puso en vigor en el siglo XIII para reprimir los abusos y engaños
de los cambistas y prestamistas)
Pues atémonos los machos, porque se vaticina
que los próximos test de estrés que ausculten a los bancos europeos provocarán
una nueva oleada de concentración de entidades, lo que en mi opinión no
resolverá el problema del sector del crédito a empresas y familias, sino que,
al contrario, será otro salto adelante
en el status quo actual que incrementará la influencia institucional y política
de los banqueros y la concentración
monetaria, al servicio de la
especulación y depredación financieras, no de la economía real.
Algunos empresarios dudan de la
cacareada recuperación que se nos pregona oficialmente, ni la deben ver tampoco
los desempleados inscritos o no inscritos en el SEXPE/INEM, pues no nos
engañemos, las cifras de parados y la disminución de cotizantes son alarmantes
y la moda del sistema económico actual es crear empleo temporal, a tiempo
parcial (minijobs le llaman) y en condiciones muy distantes de los niveles de
estabilidad que hasta ayer hemos conocido y considerado mínimamente aceptables
para garantizar que el consumo y la inversión hicieran rodar la economía.
Respecto a los mensajes de
recuperación que nos reiteran los
gobernadores y familiares ideológicos, mi amigo Mayor me recordó el dicho del
hortelano viendo la talla realizada con el tronco que donó a tal fin al cura de
su barrio: “Santo de Nogal, que en mi
huerto creciste, frutos no te vi, los milagros que tu hagas me los ……”
queriendo significar la poca credibilidad que le merecen tales promesas en el
contexto y circunstancias sociales vigentes.
En Cáceres y provincia conozco a
empresarios y empresarios, los que triunfan con la crisis (pujoles y no
pujoles), los que, normalmente altos directivos, pretenden mantener su salario
y plan de pensiones contentando a las juntas de accionistas, sin importarles
demasiado el mañana de las familias a las que incluyen en el novedoso ere, y
EMPRESARIOS, muchos, que aguantan y padecen de insomnio para ir pagando y mantener
actividad y familias empleadas…..pero se lo estamos poniendo difícil, muy
difícil a todos ellos……porque gobiernan las Españas y las Europas algunos
Santos de Nogal que se han olvidado del huerto de origen y rinden pleitesía a
los elevados mecanismos neoliberales de mercado que todo lo arreglan y
retribuyen en el juego de la subasta, aun cuando los resultados no pintan bien.
Escucho a nuestro predilecto hijo
cacereño Franquete en su programa de radio, recomendando comprar en Tambo entre
otras razones porque el dinerito se queda
en casa…..pues eso, nuestras instituciones de gobierno podrían fomentar
que las empresas con las que contratan creen empleo en nuestras ciudades y
pueblos, y crear infraestructuras que necesiten de servicios y suministros autóctonos,
en lugar de adjudicar fuera o construir instalaciones condenadas a pagar
beneficios e iva fuera de Extremadura……eso sería trabajar por la sostenibilidad
futura de nuestra tierra, empezando por la de nuestra gente.
Solo hay que repasar los diarios
oficiales o portales de contratación para ver la cantidad de contratos de todo tipo y clase que se
adjudican fuera de Extremadura al mejor postor (lavado de ropa hospitalaria, suministro de biocombustible para calderas de
piscinas, mantenimiento de plataformas de gestión informática, servicios de
catering, limpieza y seguridad privada,
etc.) y está claro que la estrategia de
reducción de costes no nos puede conducir a tirar la toalla y dejar de
producir todo porque fuera lo hagan más barato, eso no es sostenible porque nos
condena a la dependencia económica y social; la estrategia de futuro pasa por
hacerlo nosotros igual o mejor que los demás, sobre todo cuando tenemos los
recursos, la necesidad y mucha mano de obra desocupada.
Otro dicho, para finalizar: lo
barato, al final, sale caro (sobre todo si hay sobres en juego, del color que
sean).
http://www.panorama-extremadura.com/Firmas_de_Opinion/2707/barato-final-sale-caro