¿Cuál
es la explicación para que en la España actual haya todavía 3.000 políticos y
7.000 jueces y fiscales aforados o
blindados judicialmente, siendo así que en Alemania, Reino Unido y EEUU no
existe este privilegio, en Italia y
Portugal solo blindan a sus jefes de estado y en Francia al
presidente y sus ministros?; si se
pretende garantizar autonomía e independencia en el ejercicio de la
representación política, no parece que cumplamos ese objetivo si nuestras normas
siguen estableciendo que nuestros aforados sean clase VIP ante la justicia, que
sean juzgados, cuando lo son, de manera distinta que los ciudadanos de a pie,
por el Tribunal Superior de Justicia y
por el Tribunal Supremo, precisamente los entes más politizados de los órganos
judiciales españoles (los partidos eligen a los miembros del CGPJ, que,
a su vez, nombra a los jueces del Supremo, quienes luego se encargan de juzgar
a los cargos políticos).
Las
razones son meramente históricas y, una vez consolidado el estado
constitucional y de derecho en España, resulta anacrónico este fuero especial
jurisdiccional que la Constitución Española y los Estatutos de Autonomía
conceden a los miembros de las cámaras parlamentarias (otro día hablaremos del
caso del fuero especial de altos magistrados y fiscales, regulado por la Ley
Orgánica del Poder Judicial).
La
tendencia internacional es reducir al máximo los privilegios procesales, por lo
que tendríamos que acotar de manera precisa las actuaciones de los cargos
públicos que la razón y el sentido común aconsejan someter a esta protección, y
no debemos confundir aforamiento con la dignidad exigible de la que debe
disponer quien ejerce la representación política del pueblo español, pues gozar
de igual condición que la persona representada debería ser suficiente para
ejercer dicho servicio público con dignidad y eficacia.
Si
queremos que todo ciudadano pueda optar libremente a ser elegido como
representante del pueblo para que la política no acabe en manos de
profesionales, entiendo conveniente plantear el plano de igualdad de políticos
y ciudadanía, porque si el político se distingue del ciudadano medio en cuanto
a mejores condiciones de vida, trato judicial diferenciado, acceso privilegiado
a servicios, concursos y convocatorias públicas, entonces es cuando estaremos
fomentando la profesionalización, endogamia y bunquerización en la actividad
política, a fuerza de convertirla en bocado apetecible para los unos y para los
otros.
El
gesto simbólico realizado por Fernández Vara, escenificando su renuncia
personal al aforamiento político, es interesante, sobre todo si provoca una reacción mayoritaria de la actual
clase política proclive al cambio en las normas legales que otorgan ese
privilegio; ya veremos, pues en esta ocasión, aún no he visto a ningún líder
ni grupo político que haya recogido el
guante y presentado una iniciativa parlamentaria con esta finalidad (
recordemos que UPyD lo hizo en 2013 y fracasó en el Congreso). Yo creo que no
se ha entendido, o no se ha querido entender, la insinuación pretendida con la
renuncia notarial de Olivenza, pero seamos pacientes, pues hay sobre el
escenario políticos capaces de provocar o aparentar los cambios que intuitivamente
suponen del agrado del electorado.
Servidor
piensa que el pueblo agradecería que el des-aforamiento no sólo fuera
jurisdiccional, sino integral, hasta rasarse el digno político y el digno
ciudadano medio español ante un destino común compartido, pues de nada serviría
si se conserva el beneficio del mínimo privilegio en los planos laboral,
profesional, empresarial, sanitario, de prestaciones de la seguridad social
etc. o si sigue existiendo una “clase política”, en la que no sólo se incluyen
los políticos en activo. El principio de
igualdad, del mérito y capacidad
personales se prostituye si es sojuzgado
en razón de intereses individuales o corporativos de los políticos (que no es
lo mismo que el interés del estado o interés político). Si todos somos iguales,
cualquier desigualdad de trato debe ser
excepcional, estar justificada y ser proporcionada, por lo que toca, ya,
dar cucharada y paso atrás en materia de privilegios.
http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/extremadura/fernando-solis-cucharada-paso-atras_782737.html
http://www.laaldaba.es