miércoles, 24 de junio de 2015

TRASIEGO DE CARGOS Y CARGAS




Los vinateros trasiegan los caldos desde las tinajas para que la maduración progrese adecuadamente y acaben siendo buen vino, ya joven, crianza o reserva; los resultados electorales del 24M provocan otra clase de trasiego: ascenso de los equipos titulares del último cuatrienio a la categoría de “en funciones” y apertura del plazo de presentación de currículos para los que quieran desempeñar el rol de  “en potencia” en el futuro próximo, lo que ha incrementado notablemente las actividades de mensajería urgente; sorprende constatar cuán efímeros y obsoletos son los conocimientos, experiencia y títulos académicos de los elegidos como los mejores y más preparados gestores políticos, apenas 4 años de vigencia.

Estas consecuencias provocadas por los resultados de las urnas deberían limitarse, al menos en el inicio de la nueva legislatura, al gremio de los gestores políticos, sin arrastrar colateralmente a las estructuras organizativas y a los profesionales de la función pública, salvo modificaciones administrativas anunciadas en programas electorales, y por tanto sopesadas por los ciudadanos para decidir su voto (quién avisa no es traidor, se dice).

Para no liarles, me refiero a la anunciada supresión de juntas rectoras y organismos autónomos en el Ayuntamiento de Cáceres, salvo el IMAS, integrándose el resto (Juvendud, Deportes y Universidad Popular) en distintas concejalías, con lo que sus funcionarios de plantilla y programas de actividad desarrollados, se “repartirán” por otros departamentos y áreas, que por tanto verán incrementadas sus plantillas, presupuesto, competencias y volumen de gestión (más presupuesto, personal y contratación, más poder); téngase en cuenta que la UPcc, por ejemplo, cuenta con una plantilla fija de unos 30 técnicos, recibe del Ayuntamiento 1,3 millones de euros, y que su presupuesto ejecutado supera una media de 4 millones anuales conseguidos mediante financiación competitiva extramunicipal, incrementando su plantilla adicionalmente, con cargo a programas, en otros 30-40 técnicos (¡¡golosa bolsa de empleos!!).

No hay que hurtar a nuestros ediles la competencia para modificar estructuras organizativas, pero en este caso no entiendo las razones, sobre todo teniendo en cuenta que la UPcc concretamente (no tengo datos de los otros organismos) arroja superávit presupuestario y cofinancia a la caja única municipal mediante habituales remanentes anuales que reducen su coste presupuestario, que sus programas de promoción y difusión de la cultura han tenido 7.885 usuarios en el cuatrienio 2011-2015 (talleres abiertos, ocio y tiempo libre, aula de 3ª edad, IDRE, igualdad y conciliación, etc.) y que sus programas de formación y cualificación para el empleo han atendido a 769 usuarios durante el mismo periodo (cifras nada desdeñables)

Ahorrar, por supuesto, y priorizar gastos también, pero si las actividades y el funcionamiento de los organismos autónomos son sostenibles, si generan ingresos de matriculación de usuarios ¿donde está el ahorro o mejoras que puedan justificar su supresión? ¿la idea es suprimir posteriormente programas sociales como el de fomento del empleo? Dado el nivel de desempleo en la ciudad, yo aconsejaría justo lo contrario.

Si la pretensión es ahorrar, la supresión de las Juntas Rectoras supondría el chocolate del loro en dietas de asistencia anualmente.  Antes de modificar o suprimir  un departamento u órgano, valórese la utilidad social o el servicio público que prestan a la ciudadanía y evalúese la pertinencia, eficacia y agilidad administrativas resultantes de la absorción por otras concejalías o áreas de gestión, y no desmotiven a los funcionarios con un trasiego que no sea necesario.





http://www.periodistadigital.com/panorama-extremadura/firmas-de-opinion/2015/06/23/trasiego-de-cargos-y-cargas-fernando-solis-fernandez.shtml