martes, 31 de diciembre de 2013

¿quién quema el monte?


Para ir contra la costumbre humana de acordarnos de santa Bárbara sólo cuando truena, les propongo reflexionar ante los muchos y devastadores incendios que asolaron nuestro país en los últimos años, en el frio mes de diciembre.

 
Según los datos obtenidos del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA), la mano del hombre estuvo detrás del 88 por ciento de los 187.239 incendios ocurridos entre 2001 y 2011; el 55 por ciento tuvo un origen intencionado. En ese periodo se quemaron 1.239.524 hectáreas, una extensión mayor a la superficie conjunta del País Vasco y La Rioja.
 
“España en llamas” es una aplicación que muestra los incendios forestales mayores de 100 hectáreas ocurridos en España desde 2001. Creada por la Fundación Civio a partir de la base de datos del MAGRAMA, la visualización busca analizar las cifras de un problema que vuelve a la actualidad cada verano.
 
La Fundación Ciudadana Civio busca fomentar la cultura de la transparencia en España y el acceso a la información pública, así como una ciudadanía activa e implicada; espanaenllamas.es es uno de sus principales proyectos.


La aplicación detalla respecto a cada fuego su localización, las hectáreas quemadas, el inicio y la duración, la causa, las víctimas ocasionadas y otra información, como gastos de extinción y pérdidas producidas.

 
Entre 2001 y 2012 hubo más de 200.000 incendios en España, de los que se han judicializado una mínima parte; muchas veces no prospera la investigación técnica y no es posible establecer la causalidad. Según los datos del MAGRAMA, al 15 por ciento de los incendios ocasionados se les atribuye un origen por “causa desconocida”.


·         Pocos de los responsables, tras ser encontrados culpables por vía penal, han llegado a acumular penas superiores a dos años

·         Sin datos sistematizados de fallos judiciales por delitos de incendio, resulta imposible trazar un perfil penal del incendiario

·         Los tribunales con jurado popular establecen más penas de culpabilidad que los jueces profesionales

En algunas zonas rurales todo el mundo sabe quién ha sido, pero “hoy por ti, mañana por mí”, resulta difícil que haya colaboración ciudadana para hallar a los incendiarios.

 Civio ha recopilado en una base de datos las sentencias dictadas por delito de incendios forestales, 325 sentencias falladas entre 2007 y junio de 2013. Juzgan la autoría de 420 incendios e imputan a 393 personas. No existen oficialmente bases de datos sistematizadas que compilen los fallos judiciales y las investigaciones policiales del conjunto del Estado para esclarecer el perfil sociológico y criminal del incendiario.

 
De los 393 imputados,  296 resultaron condenados como culpables; 94 fueron absueltos; y otros tres fueran absueltos y sometidos a tratamiento psiquiátrico (los tribunales profesionales condenaron a 220 imputados (74%), mientras que los tribunales con Jurado Popular dictaminaron culpabilidad en 76 casos (81%))

 
Algunos expertos creen que la solución no se encuentra en los juzgados; éste es un problema de índole sociológica.

 La categorización del MAGRAMA de incendios intencionados recoge hasta 24 motivaciones: la eliminación de matorral y residuos agrícolas por los campesinos, las venganzas, el acotamiento de caza, la represalia al reducirse las inversiones públicas en los montes, obtener salarios en la extinción de los mismos o en la restauración, piromanía, ritos pseudoreligiosos y satanismo, resentimiento por multas, entre otras.

La lectura de las sentencias evidencia que muchas personas juzgadas presentan algún tipo de cuadro psicopático o alguna adicción a las drogas.

Respecto al tiempo transcurrido entre el incendio y la sentencia, la media para el conjunto de los 420 fuegos judicializados está en dos años y medio. Pero cuando se juzga la responsabilidad penal por grandes incendios forestales -más de 500 hectáreas-, esa media supera los cinco años y medio, tiempo excesivo que hace perder ejemplaridad a la impartición de justicia.

¿Dónde se quema más? El noroeste peninsular es una zona de especial problemática según el MAGRAMA, por ser la intencionalidad la principal causa de los incendios allí originados. Comprende las Comunidades Autónomas de Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco y las provincias de León y Zamora.

Para algunos, la razón de los incendios es el haber dado la espalda al monte (hay experiencias como la del municipio segoviano de Coca, en el que 110 autónomos viven de la explotación de la resina y no hay incendios)  y no explotar de forma sostenible y productiva sus riquezas: la madera, la biomasa para transformarla en energía o la ganadería, lo que evitaría los incendios forestales y crearía miles de puestos de trabajo.

 
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