sábado, 25 de enero de 2014

Cucharada y paso atrás



¿Cuál es la explicación para que en la España actual haya todavía 3.000 políticos y 7.000 jueces y fiscales aforados o blindados judicialmente, siendo así que en Alemania, Reino Unido y EEUU no existe este privilegio, en   Italia y Portugal  solo  blindan a sus jefes de estado y en Francia al presidente y sus ministros?;  si se pretende garantizar autonomía e independencia en el ejercicio de la representación política, no parece que cumplamos ese objetivo si nuestras normas siguen estableciendo que nuestros aforados sean clase VIP ante la justicia, que sean juzgados, cuando lo son, de manera distinta que los ciudadanos de a pie, por el Tribunal Superior de Justicia y por el Tribunal Supremo, precisamente los entes más politizados de los órganos judiciales españoles (los partidos eligen a los miembros del CGPJ, que, a su vez, nombra a los jueces del Supremo, quienes luego se encargan de juzgar a los cargos políticos).

Las razones son meramente históricas y, una vez consolidado el estado constitucional y de derecho en España, resulta anacrónico este fuero especial jurisdiccional que la Constitución Española y los Estatutos de Autonomía conceden a los miembros de las cámaras parlamentarias (otro día hablaremos del caso del fuero especial de altos magistrados y fiscales, regulado por la Ley Orgánica del Poder Judicial).

La tendencia internacional es reducir al máximo los privilegios procesales, por lo que tendríamos que acotar de manera precisa las actuaciones de los cargos públicos que la razón y el sentido común aconsejan someter a esta protección, y no debemos confundir aforamiento con la dignidad exigible de la que debe disponer quien ejerce la representación política del pueblo español, pues gozar de igual condición que la persona representada debería ser suficiente para ejercer dicho servicio público con dignidad y eficacia.
Si queremos que todo ciudadano pueda optar libremente a ser elegido como representante del pueblo para que la política no acabe en manos de profesionales, entiendo conveniente plantear el plano de igualdad de políticos y ciudadanía, porque si el político se distingue del ciudadano medio en cuanto a mejores condiciones de vida, trato judicial diferenciado, acceso privilegiado a servicios, concursos y convocatorias públicas, entonces es cuando estaremos fomentando la profesionalización, endogamia y bunquerización en la actividad política, a fuerza de convertirla en bocado apetecible para los unos y para los otros.

El gesto simbólico realizado por Fernández Vara, escenificando su renuncia personal al aforamiento político, es interesante, sobre todo si  provoca una reacción mayoritaria de la actual clase política proclive al cambio en las normas legales que otorgan ese privilegio; ya veremos, pues en esta ocasión, aún no he visto a ningún líder ni  grupo político que haya recogido el guante y presentado una iniciativa parlamentaria con esta finalidad ( recordemos que UPyD lo hizo en 2013 y fracasó en el Congreso). Yo creo que no se ha entendido, o no se ha querido entender, la insinuación pretendida con la renuncia notarial de Olivenza, pero seamos pacientes, pues hay sobre el escenario políticos capaces de provocar o aparentar los cambios que intuitivamente suponen del agrado del electorado.
Servidor piensa que el pueblo agradecería que el des-aforamiento no sólo fuera jurisdiccional, sino integral, hasta rasarse el digno político y el digno ciudadano medio español ante un destino común compartido, pues de nada serviría si se conserva el beneficio del mínimo privilegio en los planos laboral, profesional, empresarial, sanitario, de prestaciones de la seguridad social etc. o si sigue existiendo una “clase política”, en la que no sólo se incluyen los políticos en activo.  El principio de igualdad, del mérito y  capacidad personales  se prostituye si es sojuzgado en razón de intereses individuales o corporativos de los políticos (que no es lo mismo que el interés del estado o interés político). Si todos somos iguales, cualquier desigualdad de trato debe ser excepcional, estar justificada y ser proporcionada, por lo que toca, ya, dar cucharada y paso atrás en materia de privilegios.

http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/extremadura/fernando-solis-cucharada-paso-atras_782737.html
 http://www.laaldaba.es