La
Macroeconomía
está en todas las noticias: que si la prima de riesgo sube o baja; que si el
déficit público y comercial, que si la deuda, que si la morosidad, que si la
tasa de productividad, de paro, que si la tasa de interés e inflación, que si
las balanzas fiscales……. Nuestros políticos viven pendientes de que los
europeos nos saquen las castañas del fuego, de que a la Sra. Merkel se le
ocurra un plan que nos ayude…... Miramos a Grecia, miramos a Portugal, miramos
a…….. y pensamos que lo peor podría estar por venir…
Y esa es parte de nuestro problema, el haber
permitido que los datos macroeconómicos, calculados y frios, se hayan
convertido en principios rectores de la sociedad global; no pretendo renegar de
la economía, como disciplina social que se ocupa de la forma de satisfacer las necesidades humanas mediante los recursos
escasos, pero si rechazo la fe ciega en el mercado, esa nueva religión de hoy, que identifica el funcionamiento
teórico del libre mercado con la verdad. La economía y los mercados son
obra de los hombres, y como tal no han de ser más que espacios de actividad y
relación, al servicio de la organización social humana, y no convertirse en
dogma y escusa ajeno a todo código ético para la implantación de un sistema de
convivencia dictado por las élites que los mercados privilegian.
Por
encima de los mercados y de sus dirigentes ha de situarse el poder soberano de
los ciudadanos, sustentado en las leyes y representado en las instituciones por
aquellos ciudadanos elegidos para este fin en los procesos electorales. La
convivencia de los españoles tiene como máxima norma nuestra Constitución, que
marca cauces y límites para la organización de nuestras relaciones como ciudadanos
en nuestra sociedad, en nuestro país, en nuestro Estado, ¿hasta qué punto se
pueden flexibilizar o alterar esos límites por parte de nuestros representantes
electos al dictado de los mercados?
Viene
todo esto a colación de que el presidente de la CEOE, Joan Rosell, aún
reconociendo que los salarios han bajado más de lo que dicen las estadísticas
oficiales del Gobierno (recordemos que la patronal española ha defendido con
pasión la reforma laboral del PP) postula
ahora que los salarios no deben ser fijos, sino variables en función de la
productividad y de los resultados que tenga la empresa, callando que los
salarios de los ejecutivos de las empresas que cotizan en el IBEX 35 han subido de media un 3%; es
decir, la patronal aplica el criterio
de bajar sueldos y despedir a la plantilla por la crisis, pero no a los dueños
de las empresas, que en muchos casos han cobrado pluses millonarios.
Además,
la CEOE ha propuesto a Rajoy la creación de un Salario Mínimo Juvenil inferior
al SMI para contratos a menores de 35 años; reclama la posibilidad de cambiar
unilateralmente el contrato a tiempo completo por uno a tiempo parcial, por
causas económicas, ampliar del 15% al 30% el margen de horas complementarias
sobre la jornada pactada, reducir el permiso por fallecimiento de familiar……..
Por
otra parte, los “expertos” han elaborado una reforma fiscal en la que proponen
subir el IVA reducido, el IBI, la cotización obrera a la seguridad social, lo
que nos afectará a todos, relativamente más a las rentas más bajas y
desempleados, y bajar los tipos máximos de IRPF, lo que sólo beneficiará a las
élites con más ingresos.
El
gobierno del PP nos quiere convencer de que ha llegado la recuperación y ahora
toca cosechar miles de empleos, si es así, ¿dará Rajoy gusto a la reforma
laboral que demanda la patronal y a la reforma fiscal que proponen los
“expertos”?